lunes, 1 de febrero de 2010




Falsos versos que despiden hoy mis llagas

El dominio de un teclado, la técnica y la Virtud dentro del caldo
Semental de mis rocines.
El cigarrillo se empieza a consumir, entre rojos y sirvientes,

Venados y coletas, saltando junto a los niños que atraviesan el portal:

Ayuno de letras y coros celestiales; ayuno de caminos, de futuro y de Paz.

Porque la Libertad no es más que el hambre que destroza cálidos ombligos,

No más que su alarido y que su lágrima; o bien un parásito felizmente prisionero.
Mis flores son enmascaradas por tu nuez;
Consumidas penas van jugando entre tiovivos y columpios:

La mirada volteada, la mano que no acepta dar, la sonrisa negada…
Un torrente de ilusiones despeja el Mal, antaño sembrado

¡Quiero sobrepasarlo! ¡Saltar sobre mi cabeza! Quebrar el llanto, destrozar las penas…
Agárrate de mis nudillos, que van soplando con resistencia;

Conserva tus talones ¡Desmoronemos las cadenas!
Y un fuerte grito… Un fuerte grito, amor…

Que los gemidos y las aflicciones son para anémicos y endebles.

Caballo-mundo-serpiente-águila para el desprotegido.


Hoy sangra mi voz y estas rocallas letras: el papel, aún,

no tiene poros ni lamentos ni demonios ni falsos testimonios:

tan sólo esfuma hormigas muertas;


Dios no es más que el artificio de un poeta degollado

Y tú, no más que mi reflejo en seca tinta…

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