sábado, 23 de enero de 2010

Han plagiado mis vicios, mis virtudes y mis silencios.
Ya la calma no es sino de olvido;
La Paz no más que la innombrable espera.
¿Recuerdas esos angostos caminos,
Esas antaño penas?
¿Guardan tus memorias el manantial abrigo
De lo una vez sido nombrado amor?
¡Que no es más que pecado, mientras grito!
No es más serenidad, si los susurros llueven mientras respiro.
Que ya mi sed no la sacian tus caricias,
Ni mi amargura tus colmenas,
Ni mis lágrimas tus agitadas manos secan,
Ni mi condena…
¡Oh, condena!
Arrastrada, aún, por tus cadenas.
Han plagiado, una vez más, mis vicios,
Mis virtudes, mis extinguidas virtudes…
Y mis ásperos silencios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario