domingo, 24 de enero de 2010

Amor de Cicuta

Ante tus despechados ojos mi sombra se presenta.
Lo resto, cuando el cuerpo no es sino vacío,
las palabras no más que soledad y silencio.
Turbia melodía emana de tus pupilas:
se regocijan sólo con ficciones, jugarretas, pantomimas.
Engañas tu corazón
con disimulados escupitajos sofistas
entre suaves susurros, no -no son más veneno.-
Esos, versos acaramelados, esas lejanas manos
jamás posadas en tus caderas -¡Huye!-
Bajo tu alma reposan mis desgastados huesos.
¡Opitulación!
Que no te quiero presa de mi halo,
ni me quiero cascabel sobre tu cuello.
¡Huye! Monarca del Amor y la Virtud.
¡Sal corriendo! Antes que mi vicio consuma
tus tronos y tus mieses.

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