Se distraen mis glorias y mi olvido…
Abatida la pena queda en tintas:
engañosos insectos matizados
entre umbría tintura se sofocan.
Esta lágrima hipnótica, tan lúgubre
suma gotas que cantan con guitarra:
de ser tú mi pecado, en el infierno
solicito estadías y sudor.
Es mi voz suspirando moribunda
con estrellas, cadenas de quehaceres
de un espíritu artista, cruel poeta.
La distancia visito por las noches,
en mis sueños y algunas fantasías,
y no quiero caer si tú no estás.
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Poema dedicado.
(Agradecida a J. Cáñez por su ayuda y paciencia).
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